Hace ya algún tiempo, vino de paso por esta ciudad una cantante de Brasil. Me enteré que ofrecería un pequeño concierto en uno de los bares de este Quito chiquito... Por la noche, fui a este bar, y me senté con mi amiga. Ella como siempre sacó su cuaderno de dibujos y yo (que mas o menos dibujo) también saqué mi cuaderno, mientras escuchábamos a Ligiana Costa, hermosa y radiante, con un vestido floreado. Ella, entre canción y canción, también contaba historias que contenían siempre bellos mensajes para todos los presentes. Cantó y contó tantas cosas lindas. Y mi memoria se quedó con una de sus frases:
"Cuando la mujer es abandonada, ella no se abandona." Esa noche con amigos, dibujos, música, y una cantante maravillosa, se me alegró el corazón. A veces creo que las cantantes, también son aves mensajeras.
2 Comments
Carlos Lopez
12/14/2016 05:09:50 pm
Hola.
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